Solicitud por la unidad de los cristianos
4. El mismo Concilio Vaticano II ha enseñado también que es parte integrante de la vida de estas Iglesias, y de la Iglesia católica entera, su solicitud por promover la unidad de los cristianos, particularmente sentida por aquellas en virtud de su mismo origen: "Corresponde a las Iglesias orientales en comunión con la Sede Apostólica Romana la especial misión de promover la unión de todos los cristianos, especialmente de los orientales, según los principios del decreto de este santo Sínodo sobre el ecumenismo: en primer lugar con la oración, con el ejemplo de vida, con la religiosa fidelidad a las antiguas tradiciones orientales, con un mutuo y mejor conocimiento, con la colaboración y la fraternal estima de instituciones y mentalidades" (ib., 24). Esta orientación ha sido propuesta recientemente por el nuevo Código de los cánones de las Iglesias orientales (CCEO, c. 903).
En las complejas vicisitudes del origen de estas Iglesias -diverso en lo que a tiempo y lugar se refiere-, más allá de los condicionamientos culturales y de las situaciones políticas, no estaba ausente el deseo de restablecer la plena comunión eclesial, obviamente según los métodos y la sensibilidad del tiempo. Los conflictos surgidos después no han anulado tal perspectiva, aunque a veces la hayan oscurecido. En nuestros días, el diálogo teológico existente entre la Iglesia católica y el conjunto de las Iglesias ortodoxas se orienta a esta finalidad con un método nuevo y un diverso planteamiento y perspectiva, siguiendo las enseñanzas y las indicaciones del Concilio Vaticano II.
El decreto sobre el ecumenismo, con expresiones enérgicas y densas de doctrina, ha recordado que, "por la celebración de la Eucaristía del Señor en cada una de estas Iglesias, se edifica y crece la Iglesia de Dios" (Unitatis redintegratio, 15). Mediante el servicio de tales Iglesias "los fieles, unidos con el obispo, al tener acceso a Dios Padre por medio de su Hijo, el Verbo encarnado, que padeció y fue glorificado, en la efusión del Espíritu Santo, consiguen la comunión con la Santísima Trinidad, hechos partícipes de la divina naturaleza" (ib.). Por tanto, con aquellas Iglesias se fomentan relaciones como entre Iglesias hermanas, según la expresión del Papa Pablo VI en el Breve al Patriarca de Constantinopla Athenágoras I (Anno ineunte, 25 de julio de 1967: AAS 59 [1967], págs. 852-854).
La unidad que se persigue -y que ha de perseguirse- con ellas es la plena comunión en una sola fe, en los sacramentos y en el gobierno eclesial (cf. Lumen gentium, 14), en el pleno respeto de las legítimas diferencias litúrgicas, disciplinarias y teológicas, como he tenido ocasión de explicar en la carta apostólica Euntes in mundum universum, con ocasión del milenario del bautismo de la Rus' de Kiev (25 de enero de 1988, 10: AAS 80 [1988], págs. 949-950).
Consecuencias pastorales
5. De ello se derivan consecuencias prácticas e inmediatas. La primera de ellas fue expresada por el Papa Pablo VI -y conserva aún hoy toda su validez- en el discurso pronunciado en la catedral del patriarcado ecuménico, con ocasión de su visita: "Vemos así con mayor claridad que a los jefes de las Iglesias, a su jerarquía, es a quien incumbe el oficio de llevar a las Iglesias por el camino que conduce al hallazgo de la plena comunión. Lo deben hacer reconociéndose y respetándose como pastores de la porción del rebaño de Cristo que se les ha confiado, procurando la cohesión y el crecimiento del pueblo de Dios y evitando todo lo que podría dispersarlo o engendrar confusión en sus filas" (25 de julio de 1967: AAS 59 [1967], pág. 841).
Una segunda consecuencia es el rechazo de cualquier forma indebida de proselitismo, evitando de modo absoluto en la acción pastoral cualquier intento de violencia y cualquier forma de presión. Sin embargo, la actividad pastoral deberá respetar la libertad de conciencia y el derecho de cada uno a adherirse, si quiere, a la Iglesia católica. Se trata, en definitiva, de respetar la acción del Espíritu Santo, que es el Espíritu de la verdad (cf. Jn 16, 13). El decreto conciliar sobre el ecumenismo lo ha indicado y motivado: "Es evidente que el trabajo de preparación y reconciliación de todos aquellos que desean la plena comunión católica se diferencia por su naturaleza de la labor ecuménica; no hay, sin embargo, oposición alguna, puesto que ambas proceden del admirable designio de Dios" (Unitatis redintegratio, 4).
La tercera consecuencia es que, obviamente, no es suficiente evitar los errores, sino que conviene promover positivamente la vida común en el respeto recíproco y concorde. Esta actitud ha sido ciertamente propuesta y ratificada como línea de conducta en las relaciones entre católicos y ortodoxos, como declararon conjuntamente el Papa Pablo VI y el Patriarca Athenágoras I: "El diálogo de la caridad entre las dos Iglesias debe producir frutos de colaboración desinteresada en el plan de una acción común a nivel pastoral, social e intelectual en el recíproco respeto de la fidelidad de los unos y de los otros hacia sus propias Iglesias" (28 de octubre de 1967: AAS 59 [1967], pág. 1055). Como tuve ocasión de poner de relieve en la encíclica Slavorum Apostoli, todo lo que ayude al recíproco enriquecimiento de las dos grandes tradiciones, la oriental y la occidental, es camino hacia la plena unidad.
Al servicio del ecumenismo
6. Las Iglesias orientales católicas conocen y aceptan con confianza las enseñanzas del Concilio Vaticano II sobre el ecumenismo y tratan de ofrecer su aportación a la búsqueda de la plena unidad entre católicos y ortodoxos. Es motivo de profunda alegría constatar que, incluso en las relaciones bilaterales, este hecho es tomado positivamente en consideración, como ha sucedido en recientes declaraciones.
Espero vivamente que, donde vivan juntos católicos orientales y ortodoxos, se instauren relaciones fraternas, de recíproco respeto y de búsqueda sincera de un testimonio común del único Señor. Esto ayudará no sólo a la convivencia en las circunstancias concretas, sino que facilitará también el diálogo teológico orientado a superar lo que divide todavía a católicos y ortodoxos. Ser fieles testigos de Jesucristo, que nos ha liberado, debería ser la mayor preocupación en nuestro tiempo de cambios culturales, sociales y políticos, de manera que se pueda predicar juntos y con credibilidad el único Evangelio de salvación y ser artífices de paz y de reconciliación en un mundo amenazado siempre por conflictos y guerras.
Al encomendar estos sentimientos y estas esperanzas a la intercesión de la Virgen Theotokos, venerada igualmente en Oriente y Occidente, a fin de que como Odigitria guíe a todos los cristianos por el camino del Evangelio y de la plena comunión, os imparto de corazón, queridos hermanos en el episcopado, así como a vuestras comunidades eclesiales, una particular bendición apostólica.
Vaticano, 31 de mayo de 1991
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SABE usted que el ecumenismo esta en plena cazeria de pastores?
si escuche a uno de una ciudad de ORANGE CAL
el que les dice a los catolicos a cada rato son nuestros hermanos
pero si los catolicos jamas aceptan a JESUS asi le conocemos popularmente por las traducciones de la BIBLIA
YAHSHUA
ellos no aceptan que el sea el unico intermediario entre DIOS y los hombres
no se como este pastor llamado apostol ( le llamo desequilibrado doctrinal, pues seguido se le endemonian los miembros y los tiene que estar liberando a cada rato )
el predica que los catolicos son sus hermanos
pero lease usted acerca de los credos de la iglesias catolica y estos credos CHOCAN de bruces
o de NARIZ o de frente con la misma biblia
pues para ellos vale mas la santa tradicion que los hombres han hecho que la misma biblia
esta y mas informacion la obtendra en la paguina de ellos
http://www.vatican.va/special/rosary/index_rosary_sp.htm
4. El mismo Concilio Vaticano II ha enseñado también que es parte integrante de la vida de estas Iglesias, y de la Iglesia católica entera, su solicitud por promover la unidad de los cristianos, particularmente sentida por aquellas en virtud de su mismo origen: "Corresponde a las Iglesias orientales en comunión con la Sede Apostólica Romana la especial misión de promover la unión de todos los cristianos, especialmente de los orientales, según los principios del decreto de este santo Sínodo sobre el ecumenismo: en primer lugar con la oración, con el ejemplo de vida, con la religiosa fidelidad a las antiguas tradiciones orientales, con un mutuo y mejor conocimiento, con la colaboración y la fraternal estima de instituciones y mentalidades" (ib., 24). Esta orientación ha sido propuesta recientemente por el nuevo Código de los cánones de las Iglesias orientales (CCEO, c. 903).
En las complejas vicisitudes del origen de estas Iglesias -diverso en lo que a tiempo y lugar se refiere-, más allá de los condicionamientos culturales y de las situaciones políticas, no estaba ausente el deseo de restablecer la plena comunión eclesial, obviamente según los métodos y la sensibilidad del tiempo. Los conflictos surgidos después no han anulado tal perspectiva, aunque a veces la hayan oscurecido. En nuestros días, el diálogo teológico existente entre la Iglesia católica y el conjunto de las Iglesias ortodoxas se orienta a esta finalidad con un método nuevo y un diverso planteamiento y perspectiva, siguiendo las enseñanzas y las indicaciones del Concilio Vaticano II.
El decreto sobre el ecumenismo, con expresiones enérgicas y densas de doctrina, ha recordado que, "por la celebración de la Eucaristía del Señor en cada una de estas Iglesias, se edifica y crece la Iglesia de Dios" (Unitatis redintegratio, 15). Mediante el servicio de tales Iglesias "los fieles, unidos con el obispo, al tener acceso a Dios Padre por medio de su Hijo, el Verbo encarnado, que padeció y fue glorificado, en la efusión del Espíritu Santo, consiguen la comunión con la Santísima Trinidad, hechos partícipes de la divina naturaleza" (ib.). Por tanto, con aquellas Iglesias se fomentan relaciones como entre Iglesias hermanas, según la expresión del Papa Pablo VI en el Breve al Patriarca de Constantinopla Athenágoras I (Anno ineunte, 25 de julio de 1967: AAS 59 [1967], págs. 852-854).
La unidad que se persigue -y que ha de perseguirse- con ellas es la plena comunión en una sola fe, en los sacramentos y en el gobierno eclesial (cf. Lumen gentium, 14), en el pleno respeto de las legítimas diferencias litúrgicas, disciplinarias y teológicas, como he tenido ocasión de explicar en la carta apostólica Euntes in mundum universum, con ocasión del milenario del bautismo de la Rus' de Kiev (25 de enero de 1988, 10: AAS 80 [1988], págs. 949-950).
Consecuencias pastorales
5. De ello se derivan consecuencias prácticas e inmediatas. La primera de ellas fue expresada por el Papa Pablo VI -y conserva aún hoy toda su validez- en el discurso pronunciado en la catedral del patriarcado ecuménico, con ocasión de su visita: "Vemos así con mayor claridad que a los jefes de las Iglesias, a su jerarquía, es a quien incumbe el oficio de llevar a las Iglesias por el camino que conduce al hallazgo de la plena comunión. Lo deben hacer reconociéndose y respetándose como pastores de la porción del rebaño de Cristo que se les ha confiado, procurando la cohesión y el crecimiento del pueblo de Dios y evitando todo lo que podría dispersarlo o engendrar confusión en sus filas" (25 de julio de 1967: AAS 59 [1967], pág. 841).
Una segunda consecuencia es el rechazo de cualquier forma indebida de proselitismo, evitando de modo absoluto en la acción pastoral cualquier intento de violencia y cualquier forma de presión. Sin embargo, la actividad pastoral deberá respetar la libertad de conciencia y el derecho de cada uno a adherirse, si quiere, a la Iglesia católica. Se trata, en definitiva, de respetar la acción del Espíritu Santo, que es el Espíritu de la verdad (cf. Jn 16, 13). El decreto conciliar sobre el ecumenismo lo ha indicado y motivado: "Es evidente que el trabajo de preparación y reconciliación de todos aquellos que desean la plena comunión católica se diferencia por su naturaleza de la labor ecuménica; no hay, sin embargo, oposición alguna, puesto que ambas proceden del admirable designio de Dios" (Unitatis redintegratio, 4).
La tercera consecuencia es que, obviamente, no es suficiente evitar los errores, sino que conviene promover positivamente la vida común en el respeto recíproco y concorde. Esta actitud ha sido ciertamente propuesta y ratificada como línea de conducta en las relaciones entre católicos y ortodoxos, como declararon conjuntamente el Papa Pablo VI y el Patriarca Athenágoras I: "El diálogo de la caridad entre las dos Iglesias debe producir frutos de colaboración desinteresada en el plan de una acción común a nivel pastoral, social e intelectual en el recíproco respeto de la fidelidad de los unos y de los otros hacia sus propias Iglesias" (28 de octubre de 1967: AAS 59 [1967], pág. 1055). Como tuve ocasión de poner de relieve en la encíclica Slavorum Apostoli, todo lo que ayude al recíproco enriquecimiento de las dos grandes tradiciones, la oriental y la occidental, es camino hacia la plena unidad.
Al servicio del ecumenismo
6. Las Iglesias orientales católicas conocen y aceptan con confianza las enseñanzas del Concilio Vaticano II sobre el ecumenismo y tratan de ofrecer su aportación a la búsqueda de la plena unidad entre católicos y ortodoxos. Es motivo de profunda alegría constatar que, incluso en las relaciones bilaterales, este hecho es tomado positivamente en consideración, como ha sucedido en recientes declaraciones.
Espero vivamente que, donde vivan juntos católicos orientales y ortodoxos, se instauren relaciones fraternas, de recíproco respeto y de búsqueda sincera de un testimonio común del único Señor. Esto ayudará no sólo a la convivencia en las circunstancias concretas, sino que facilitará también el diálogo teológico orientado a superar lo que divide todavía a católicos y ortodoxos. Ser fieles testigos de Jesucristo, que nos ha liberado, debería ser la mayor preocupación en nuestro tiempo de cambios culturales, sociales y políticos, de manera que se pueda predicar juntos y con credibilidad el único Evangelio de salvación y ser artífices de paz y de reconciliación en un mundo amenazado siempre por conflictos y guerras.
Al encomendar estos sentimientos y estas esperanzas a la intercesión de la Virgen Theotokos, venerada igualmente en Oriente y Occidente, a fin de que como Odigitria guíe a todos los cristianos por el camino del Evangelio y de la plena comunión, os imparto de corazón, queridos hermanos en el episcopado, así como a vuestras comunidades eclesiales, una particular bendición apostólica.
Vaticano, 31 de mayo de 1991
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SABE usted que el ecumenismo esta en plena cazeria de pastores?
si escuche a uno de una ciudad de ORANGE CAL
el que les dice a los catolicos a cada rato son nuestros hermanos
pero si los catolicos jamas aceptan a JESUS asi le conocemos popularmente por las traducciones de la BIBLIA
YAHSHUA
ellos no aceptan que el sea el unico intermediario entre DIOS y los hombres
no se como este pastor llamado apostol ( le llamo desequilibrado doctrinal, pues seguido se le endemonian los miembros y los tiene que estar liberando a cada rato )
el predica que los catolicos son sus hermanos
pero lease usted acerca de los credos de la iglesias catolica y estos credos CHOCAN de bruces
o de NARIZ o de frente con la misma biblia
pues para ellos vale mas la santa tradicion que los hombres han hecho que la misma biblia
esta y mas informacion la obtendra en la paguina de ellos
http://www.vatican.va/special/rosary/index_rosary_sp.htm
Comments
me lo inmaguino asi como el de el link
http://www.vatican.va/special/rosary/index_rosary_sp.htm
Rezar el Rosario:
Los Misterios del Santo Rosario
Año del Rosario: octubre de 2002 - octubre de 2003
Visita Pastoral al Santuario de la Santísima Virgen María del Santo Rosario de Pompeya, 7 de otubre de 2003
Audiencia general, 16 de octubre de 2002
[Alemán, Español, Francés, Inglés, Italiano, Portugués]
Documentos de los Sumos Pontífices:
Rosarium Virginis Mariae (16 de octubre de 2002): Carta apostólica del Santo Padre Juan Pablo II
[Alemán, Español, Francés, Inglés, Italiano, Latín, Polaco, Portugués]
Marialis Cultus (2 de febrero de 1974): Exhortación apostólica del Santo Padre Pablo VI
[Español, Italiano, Portugués]
Christi Matri (15 de septiembre de 1966): Carta encíclica del Santo Padre Pablo VI
[Inglés, Italiano, Portugués]
Ingruentium Malorum (15 de septiembre de 1951): Carta encíclica del Santo Padre Pío XII
[Inglés, Italiano, Portugués]
Supremi Apostolatus Officio (1 de septiembre de 1883): Carta encíclica del Santo Padre León XIII
[Francés, Inglés, Italiano]
Superiore Anno (30 de agosto de 1884): Carta encíclica del Santo Padre León XIII
[Inglés, Italiano]
Grata Recordatio (26 de septiembre de 1959): Carta encíclica del Santo Padre Juan XXIII
[Inglés, Italiano, Latín, Portugués]
Del Catecismo de la Iglesia Católica: el Rosario
Reflexiones sobre la Carta apostólica de Juan Pablo II "Rosarium Virginis Mariae"
Gracias a Mons. Pietro Principe por la concesión del libro "El Rosario según Juan Pablo II con los 20 misterios".
sera biblia esto o tradicion ?
los hombes les facina lo facil
no se como se comen esto antes que los escritos de la misma biblia
en serio que tenemos que estar muy mal
para aceptar facilmente EL ECUMENISMO
habran otros intereses detras ?
habran las manipulaciones ?
que habra detras de todo esto ?
he llegado a pensar que ROMA envio a hombres a hacerce miembros de las iglesias evangelicas y que la gente los mire levantarse en medio de ellos y llegar a hacer pastores
y luego con la mentalidad preparada estos lleven a roma a miles de incautos
de INGNORANTES que solo escuchan el sermon de el domingo y no van a sus casas a ver si lo que el predico es asi como dice la misma biblia
los hombres estan llenos de tradiciones
y mas si estas le son favorables
como la que les he enviado a varios pastores sobre la TRADICION DE EL DIEZMO pues eso es
no es contemplada por el nuevo testamento como otras doctrinas por alli
pero como la tradicion esta ya puesta
hay qye ir en pos de la santa tracicion evangelicota
lamentablemente son pocos los que se animan a proclamar las verdades
SIN COMPROMISOS CON instituciones
o MINISTERIOS
hay muchos y muchos pastores
adorando al ministerio mas que DIOS
adorando una denominacion mas que a DIOS
COMO HACERLOS DESPERTAR POR DIOS SANTO !!!!!!!!!